Introducción
Hablar de Capellanía es mencionar una larga historia dentro de la cultura cristiana e incluso antes y fuera de ella. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, dentro de la cultura hebrea la larga historia de la capellanía se inicia con Fineas, levita nieto de Aarón que respondió al llamado de Moisés para luchar como capellán (ver Num 31,6). Con esta cita bíblica constatamos que la capellanía es una profesión que data desde milenios y los registros muestran que los imperios tales como: Babilonia, Persia, Grecia y Roma contaban con capellanes que se encargaban de atender las necesidades emocionales y espirituales de los emperadores, militares y demás miembros de la aristocracia. Ahora bien, dentro de la religión cristiana desde el quinto siglo de la Era Común se comienza a notar que líderes religiosos fueron apartados para casi exclusivamente servir al emperador y a los miembros de su gobierno.
Dentro de la cultura cristiana, se cree que oficialmente la capellanía tiene su origen en la persona de San Martín de Tour, quien nació el 316 d. C. en Panonia, una provincia Romana de entonces y que actualmente es parte de Hungría. Al igual que sus progenitores, Martín de joven seguía la religión politeísta. Al cumplir 16 años se enlistó en las fuerzas militares romanas donde se destacó como soldado y oficial. Se cuenta que a la edad de 21 años la tropa que él comandaba fue enviada a Amiens de Gaul, lo que hoy es Francia, y mientras estaba allí, una noche muy fría, él salió a caminar fuera del campamento y notó a un hombre mendigo quien suplicaba ayuda. Martín no tenía nada que ofrecerle a este hombre, ya que, solo tenía consigo la capa que llevaba puesta, pero sin pensarlo dos veces, él se acercó al mendigo y después de romper su capa en dos, le ofreció una mitad a este hombre y él conservó el resto de ella. Esa misma noche, sigue la creencia, Martín tuvo una visión donde se le reveló que éste mendigo, en realidad era Jesucristo mismo.
Motivado por esa experiencia religiosa, Martín decidió hacerse cristiano y más tarde fue bautizado por el Obispo San Hilario. Al compartir su testimonio muchas personas aceptaron el cristianismo y más tarde la mitad de la capa que San Martín de Tour retuvo consigo, se convirtió en una reliquia y en un símbolo recordatorio del encuentro que él tuvo con el Señor Jesucristo. Esta mitad de la capa fue guardada en un baúl o cofre especial llamado Cappella o Capella. De allí viene el término capilla, que literalmente significa, el lugar donde se encuentra la capa. La persona encargada de proteger la capa era el Capellanus, que en español es Capellán. De allí se desprende la idea de que los capellanes, están encargados de compartir y ofrecer el amor de Dios a todos aquellos que estén en necesidad.
Los capellanes, hombres y mujeres que responden a una vocación para compartir el amor, la paz, la gracia, la fe y la esperanza del Nuevo Reino. Este llamado divino es confirmado por la comunidad de fe quien les aparta o separa para este sagrado ministerio y les equipa para el cumplimiento de la misión. La seriedad, magnitud y alcance del ministerio de la capellanía llama por una preparación intensa y extensa en las ciencias religiosas, en el estudio de las relaciones humanas, en el estudio de la personalidad y conducta del ser humano y en la moral y cívica de las diferentes culturas. Estos hombres y mujeres aceptan el cometido de convertirse en agentes de cambio y en instrumentos de Dios en su proceso de restaurar la salud mental, física, social y espiritual de sus hijas e hijos.
Los capellanes, comprometidos al servicio de la humanidad a través de la sanidad, sostenimiento, consejería y reconciliación, prestan sus labores como representantes de Dios en instituciones tales como: las fuerzas militares, los centros de la enseñanza, las prisiones, los hospitales, los hospicios, las industrias, los equipos deportivos y las demás instituciones gubernamentales.
Dentro del mundo protestante, recordemos que Martín Lutero fue salvado de la muerte bajo la Inquisición por los militares al servicio de un Conde. El propio Lutero tuvo una estrecha relación con el mundo militar. Por otra parte, en los Estados Unidos, a partir de John Gano, ministro bautista de la ciudad de Nueva York que sirvió de capellán militar bajo las órdenes del general George Washington, que los Bautistas del Sur encontraron las raíces de su ministerio de capellanía. A través de la historia, capellanes guiados por el Espíritu han respondido al llamado de Dios para servir a la gente en sus diversas necesidades.
¿Qué es la capellanía?
La capellanía es una expresión del ministerio que coloca a los capellanes dentro de varios escenarios, incluyendo instituciones para el cuidado de la salud, corporaciones, prisiones, agencias de seguridad pública y los servicios militares. De esta forma, la capellanía es una extensión de la iglesia local que llega hasta nuestra sociedad tan diversa desde el punto de vista religioso y cultural, para llevar cuidados espirituales a la gente. Los capellanes practican las funciones de pastor, maestro, evangelista, consejero y administrador, ya que representan a Jesucristo, la iglesia y la denominación desde «dentro» de la agencia usuaria.
Un Capellán o Capellana es una persona profesional que se compromete a mantener los más altos estándares de conducta ética pastoral y profesional y reconociendo que está en un proceso continuo de crecimiento y desarrollo integral se compromete a constantemente ampliar y perfeccionar sus habilidades intelectuales y técnicas. En esta clase de capellanía nos concentraremos en estudiar la evolución y desarrollo de la capellanía a través de la historia pero prestándole especial atención a las instituciones militares en las cuales hoy se practica dicha capellanía.
Existen diferentes tipos de capellanías, pero la C.T.E. toma la opción de formar capellanes Militares o Castrenses.
Capellanía Militar
La capellanía militar está diseñada para atender espiritualmente al personal militar, civil y familiar dentro de la Fuerza Armada Nacional y las instituciones policiales. Además, tal como lo señala Rivera (2004), envuelve una disposición de cooperación entre los grupos de fe religiosos para llegar a las necesidades particulares de las personas en el ambiente militar y policial proveyendo cuidado pastoral integral, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra. Es de hacer notar, que debido a la complejidad de experiencias y el alto grado de responsabilidad contraído con la sociedad, el personal militar necesita ser asesorado espiritualmente por un capellán o capellana, consejero profesional, con la finalidad de proporcionarles herramientas para enfrentar las situaciones y conflictos que se le presenten, de manera eficaz. En este sentido, la misión del capellán o capellana militar es brindar asistencia espiritual a todo el personal militar, civil y familiar que lo consideren útil, lo desee y lo solicite, independientemente de su credo o religión. La visión del capellán o capellana es contribuir al desarrollo y estabilidad de las Fuerzas Armadas Nacionales por medio de un servicio integral que atienda las necesidades físicas, mentales, sociales y espirituales del personal militar.
Campo ocupacional
Ejercer la capellanía al interior de alguna de las ramas de las Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad.
Desarrollar la labor pastoral en los centros hospitalarios, centros educacionales y recintos carcelarios.
Acompañar pastoralmente a personas de la tercera edad sea a través de las pastorales especializadas de las iglesias o en los lugares donde residen.
Orientar y colaborar en programas de recuperación de personas drogo-dependientes.
Acompañar a grupos específicos en su proceso de inserción social, tales como los indocumentados o migrantes.
Requisitos
Mayor de edad
Licencia de Educación Media
Documentación
Fotocopia carné de identidad ambos lados
Documentación académica (fotocopia simple)
Certificado de nacimiento (original)
Certificado de residencia (original)